Sushi de rana y sepia viva

Mi hermano me envió este enlace de reddit en el que comparte estos vídeos de comidas bizarras en Japón. No es algo que te encuentres todos los días en los restaurantes de Japón pero lo hay. Lo de la sepia sí que lo he visto una vez, aunque la que me tocó a mi no se movía tanto como la de este vídeo:

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Sakuma drops – Los caramelos de «La tumba de las luciérnagas»

La tumba de las luciérnagas (Grave of the Fireflies, 火垂るの墓) del Studio Ghibli es la película más triste que he visto nunca y al mismo tiempo la mejor película anti-guerra que he visto jamás. Cuenta la historia de dos niños huérfanos, Seita y su hermana Setsuko, después de los bombardeos de Kobe al final de la Segunda Guerra Mundial. Se encuentran solos en un paraje desolador y una de las pocas cosas que tienen para comer es una caja de caramelos que Setsuko guarda como si fuera un tesoro. Conforme se va desarrollando el argumento, la caja de caramelos se convierte en uno de los símbolos más importantes de la película.

La caja de caramelos de Setsuko es de Sakuma Drops (サクマ式ドロップス), unos caramelos que se llevan fabricando en Japón desde el año 1908 por Sakuma Seika. Aunque hoy en día no es fácil encontrarlos, a mi me encantan y los compro siempre que tengo ocasión. Esta es la caja edición especial de la película La tumba de las luciérnagas, junto al dibujo de las frutas está Setsuko mirando a ver si queda un último caramelo dentro:


Son de muchos sabores y todos tienen algo de jugo de fruta.


Una de las escenas en la que sale la caja de Sakuma Drops en La tumba de las luciérnagas

Hace tres años pusieron en la NHK una teleserie y una película basadas en la película de animación de Ghibli. Parece que el argumento es bastante diferente y no gustó mucho pero también sale la caja de Sakuma Drops, inseparable compañera de Setsuko:

El diseño de las cajas de Sakuma Drops ha cambiado 13 veces en los más de 100 años de historia que tiene. Esta es la línea temporal en la que se puede apreciar como ha ido evolucionando hasta nuestros días:

Meoto Iwa – 夫婦岩

Hace miles años…

Después de crear la primera isla de Japón con la lanza Amenonuboko, Izanagi e Izanami descendieron a ella desde el cielo y construyeron una columna que llamaron Amenomihashira («El pilar del cielo»). Caminaron alrededor de la columna en direcciones opuestas y cuando sus miradas se encontraron la Diosa Izanami le dijo a Izanagi: «¡Eres tan hermoso, amable y joven!», a lo que Izanagi respondió: «Oh, tu eres la más hermosa y joven». Sin mediar más palabras hicieron el amor junto a la columna Amenomihashira por primera vez y poco después nació Hiroku, su primer hijo. Nació deforme y decidieron deshacerse de él poniéndolo a bordo de una canoa y dejar que se lo llevara la corriente del mar. Hiroku no murió, su fortaleza le hizo sobrevivir y con el tiempo fue conocido como Ebisu, el Dios de la suerte y los pescadores.

Disgustados, Izanagi e Izanami regresaron al cielo a consultar con los dioses qué era lo que habían hecho mal. Sus superiores les dijeron: «Os equivocásteis, ¡en la ceremonia de enlace el hombre es el que tiene que hablar primero!».

Volvieron a realizar la ceremonia de matrimonio caminando alrededor de la columna Amenomihashira en direcciones opuestas hasta encontrarse, pero esta vez fue el Dios Izanagi el que habló primero. Se casaron según las normas de los dioses, hicieron el amor incontables veces y tuvieron muchos hijos legítimos que se encargarían de seguir con la tarea de creación de Japón.

Hace 2020 años…

Yamatohime, hija del emperador de Japón, llevaba años en busca del emplazamiento perfecto para construir un templo dedicado a la Diosa Amaterasu, una de las hijas que Izanagi e Izanami engendraron junto a la columna Amenomihashira.

Unos días antes de que Amaterasu le hablara al pasearse por la ribera del río Isuzu, Yamatohime anduvo por las playas de la actual prefectura de Mie. Al horizonte divisó dos rocas que surgían del mar como si fueran los hombros de un Dios. Cuenta la leyenda que la belleza de ese par de rocas la dejó tan embelesada que al partir de camino a seguir buscando el hogar de Amaterasu se volteó dos veces para apreciar su belleza por última vez.

Aquellas dos rocas cuya hermosura la sedujeron no eran los hombros de un Dios, eran Izanagi e Izanami.

Hace unos 1500 años

La leyenda de la belleza que cautivó a Yamatohime al ver las dos rocas se mantuvo en la tradición oral. No se sabe exactamente cuando fue, pero años más tarde los monjes del templo de Ise decidieron que había que enlazar, unir, casar a las rocas Izanagi e Izanami utilizando una cuerda shimenawa.

En musubi (縁結び) es una de las muchas palabras del idioma japonés que significa «contraer matrimonio». El primer caracter 縁 significa «cuerda» y 結び significa «atar o enlazar». Es curioso que en nuestro idioma también podemos decir «enlace matrimonial» y en inglés «marriage tie».

Los monjes de Ise confeccionaron una cuerda enorme utilizando paja de arroz y enlazaron con ella las dos rocas. En la cima de la roca más grande, que representa a Izanagi pusieron una pequeña puerta torii de madera. Desde entonces, Izanagi e Izanami, que se casaron por primera vez dando una vuelta a la columna Amenomihashira y haciendo el amor, quedaron enlazados para siempre. El conjunto de las dos rocas unidas por la cuerda shimenawa pasó a ser conocido como Meoto Iwa (夫婦岩), donde 夫 significa «marido», 婦 significa «mujer», y 岩 significa «roca».

Meoto Iwa es visitado por miles de turistas cada año y dicen que trae buena fortuna en asuntos amorosos.

17 de Julio de 2011

Nos despertó la luz del alba que transpasaba con candidez los paneles shoji que cubrían las ventanas de nuestra habitación. Salimos de nuestro ryokan, el edificio más viejo de la calle, el cual parecía salido de una película de Akira Kurosawa y caminamos hasta la vera del templo de Ise donde nos montamos en nuestras bicicletas que nos acompañarían durante el resto del día. No íbamos al encuentro de Chanquete, nuestro destino era Meoto Iwa.

Pedaleamos rumbo al mar, alejándonos del templo de Amaterasu, acercándonos a las rocas de sus padres Izanagi e Izanami. Atravesamos la ciudad de Ise, cruzamos varios ríos y nos bañamos en el verde de los arrozales de sus alrededores. El Sol caía con fuerza, pero el olor a mar, cada vez más intenso, nos daba energía para seguir pedaleando. Una hora después, el añil del cielo se unió en el horizonte al azul del mar.

Mirando hacia el sur divisamos la primera puerta torii del templo de Meoto Iwa. Las bicis nos llevaron por la orilla del mar hasta cerca de la puerta, allí nos bajamos y entramos a pie en territorio sagrado. Pasear entre el mar y los acantilados despertó reminiscencias de mis paseos por el borde del Peñón de Ifach junto a mis padres. También nos hizo recordar Miyajima, otro lugar precioso de Japón en el que el mar y la tierra firme se funden en un templo.

El iPhone con Hipstamatic fue el primero en capturar a Izanagi e Izanami, al marido y la mujer, a Meoto Iwa 夫婦岩:

Meoto Iwa なう

Y después fue la Hasselblad, que sacó unos azules preciosos:

Meoto Iwa

Meoto Iwa

Hacía tiempo que no me hacia una foto en plan turista. Sara se encargó de tomar está instantánea en la que parece que acabo de salir del DeLorean de Doc y McFly:

Meoto Iwa

Y en la siguiente todo el equipo de exploradores de rincones preciosos de Japón:

Meoto Iwa

Meoto Iwa

La fuerza de la Luna haciendo que la marea suba y baje, las nubes, la intensidad de la luz del Sol, la hora del día, la fuerza del viento y las olas, el día del año, el ángulo desde donde mires… son factores que influyen en cómo verás las rocas de Meoto Iwa cuando las visites. Dicen que uno de los mejores momentos para ver Meoto Iwa en su máximo esplendor es al amanecer durante los meses de Mayo, Junio y Julio, en los que se puede ver el Sol naciendo en el horizonte enmarcado entre las dos rocas y la cuerda shimenawa. Con mucha suerte, si hace buen tiempo, también se puede ver la silueta del Monte Fuji.

Al igual que Yamatohime, nosotros tampoco nos conformamos con ver Meoto Iwa una vez. Después de nadar por el mar y comer un filetón de ternera volvimos a ver las dos rocas otra vez.

Meoto Iwa - Hipstamatic version

Meoto Iwa - iPhone version

Meoto Iwa - Nikon version

Meoto Iwa - Hasselblad version

Al volver a nuestro ryokan al final del día me entraron ganas de volver a ver Kikuhiro no Natsu, la imagen de las rocas alzándose sobre el mar se entremezcló en mis pensamientos con las piedras que surgen de la grava del jardín seco de Ryoanji y me pregunté si las dos rocas (Izanagi e Izanami) siguen hablando por las noches cuando nadie les observa recordando los tiempos en los que tuvieron que encargarse de crear Japón.

Septiembre de 2011

La cuerda que enlaza las dos rocas de Meoto Iwa se cambia tres veces al año: en Mayo, en Septiembre y en Diciembre. El próximo cambio toca en septiembre de este año. La cuerda no cayó del cielo, son estos hombres luciendo culo y pantorrilas los que se encargan de cambiar la cuerda:

«El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad». – William Shakespeare

Los Dioses que crearon Japón y el templo de Ise

Hace miles de años…

El universo estaba formado por silencio, oscuridad y una gran masa de material informe. Las partículas contenidas en esa gran masa se empezaron a mover y a chocar entre ellas creando los primeros sonidos que nadie escuchaba. El movimiento de la materia dio lugar a las nubes y el cielo donde aparecieron de forma espontánea los primeros tres dioses de la mitología japonesa. Debajo del cielo quedó una gran esfera formada por partículas todavía sin ordenar que los dioses decidieron llamar «La Tierra». Pasaron varios miles de años y varias generaciones de dioses hasta que nacieron la Diosa Izanami y el Dios Izanagi, los creadores de Japón.

Izanami e Izanagi recibieron la orden de poner orden en La Tierra. Aceptaron la responsabilidad y obtuvieron una lanza sagrada llamada Amanobuko (天沼矛, lanza del cielo y el mar) que les ayudaría a cumplir su misión. Viajaron juntos por el cielo hasta llegar a un puente flotante cercano a la Tierra. Se asomaron y removieron el agua del mar con la punta de la lanza Amanobuko, al sacar la lanza del agua las gotas de agua salada que quedaron en la punta se condensaron creando la primera isla de Japón: Awajishima (淡路島). Utilizando la misma lanza siguieron con su trabajo de creación dando lugar a Honshu, Shikoku y Kyushu y el resto de las islas de Japón. También crearon bosques, montañas y ríos. Izanami e Izanagi construyeron su casa en Awajishima y se casaron. Para concluir el encargo que les habían encomendado tuvieron muchos hijos que deberían de seguir con la creación y cuidado de Japón: el Dios del Viento, la Diosa de la Luna, la Diosa del Mar, el Dios de los bosques, el Dios de las Montañas y Amaterasu, la Diosa del Sol y considerada como la «madre» de Japón.

Ise
Izanagi e Izanami creando la primera isla de Japón usando la lanza Amanobuko.

Hace 2722 años

Nació Jimmu, el primer Emperador de Japón y bisnieto de la Diosa del Sol Amaterasu. Fue el primer ser humano con sangre de los Dioses. Akihito, el actual Emperador de Japón es descendiente directo de Jinmu.

Hace 2025 años

El décimo primer Emperador de Japón confió a su hija Yamatohime la misión de encontrar un lugar permanente para la adoración de Amaterasu, la Diosa del Sol. Cuenta la leyenda que Yamatohime anduvo 20 años viajando por Japón sin encontrar un emplazamiento adecuado hasta que escuchó la voz de la Diosa Amaterasu mientras se paseaba por la ribera de un río que se abría paso por los bosques de Ise. La Diosa Amaterasu le manifestó a Yamatohime su deseo de querer vivir allí para siempre: junto al fluir del agua del río, sintiendo la protección de los árboles y contemplando la inmensidad del mar. Su deseo fue concedido y allí se construyó en su honor el templo sintoísta de Ise, considerado hoy en día como el templo sintoísta más importante de Japón.

Ise
Uno de los planos originales del templo de Ise.

El templo de Ise se reconstruye siguiendo los planos originales y utilizando los mismos materiales (Una variedad de ciprés japonés) cada 20 años. Según el sintoísmo la naturaleza muere y nace sin pausa, la naturaleza es impermanente, esta tradición ayuda a mantener la frescura y la pureza del lugar. El objetivo de la reconstrucción cíclica del templos es conseguir que sea viejo, original y nuevo para siempre.

Hace 70 años

En los Estados Unidos, centenares de científicos del Proyecto Manhattan jugaban a ser Dios intentando controlar a su voluntad las partículas y fuerzas fundamentales que constituyen nuestro universo. La creación final de este grupo de científicos-«dioses» no fueron islas, ríos, lagos, bosques y montañas; fueron Little Boy y Fat Man, dos bombas atómicas.

Dos bombas cuya energía terminó con la vida de centenares de miles de personas, redujo a cenizas dos ciudades y terminó con las ansias imperiales de Japón. De forma indirecta también terminaron con el estatus de Dios del Emperador, supuesto descenciente directo de la Diosa Amaterasu. El Emperador Hirohito renunció a su estatus divino al firmar su declaración de humanidad ante el general estadounidense Douglas MacArthur. Los científicos-«dioses» del proyecto Manhattan y las ambiciones imperialistas de Hirohito y su gobierno terminaron con el linaje de los Dioses japoneses, Hirohito fue el último Dios de Japón. Todos los dioses japoneses, hasta Hirohito se reunen cada octubre en el templo de la Diosa Amaterasu, en el templo de Ise.

16 de Julio del 2011

Pablo, Yuko, Sara, Carlos y yo llegamos en bicicleta hasta la puerta torii que nos invitaba a entrar en los territorios sagrados de la Diosa Amaterasu a través del puente Uji que da paso al templo de Ise. Caminamos por el bosque ante la mirada de los árboles-Dios, nos refrescamos junto al Dios del río, paseamos entre las estructuras artificiales de madera cuyas columnas emergen directamente del suelo cubierto de grava erguiendose ante nosotros y fusionándose con la naturaleza de su entorno. Al final de nuestro camino pudimos atisbar el hogar de Amaterasu cuando el Dios del Viento nos lo permitía acariciando con sus soplidos la sábana blanca que protege el Kōtai Jingū, el lugar más sagrado de Japón.

Fotones que viajaron desde el Sol hasta verse reflejados 8 minutos después por la madera de ciprés de la simple estructura del hogar de la Diosa del Sol alcanzaron los componentes químicos de una película de 120mm cuando mi dedo apretó el obturador de la Hasselblad capturando la «realidad» de ese breve instante que se perderá en el tiempo como lágrimas en la lluvia pero cuya imagen en formada por bits se quedará con nosotros para la eternidad:

伊勢神宮

伊勢神宮

伊勢神宮

21 de Julio de 2011

Al regresar a Tokio, Sara escribió:

«Vuelvo del lugar más sagrado de Japón donde me encontré con varios dioses. El río me regaló el reflejo del sol. La piedra me dijo dónde detenerme. El árbol me enseñó el camino a seguir. El viento me mostró por un segundo, el espacio prohibido para los hombres. Charlé con ellos, los escuché, todo envuelto en el silencio más profundo.»

Octubre del 2011

Como cada año, miles de dioses se reunirán en el templo de Ise para tratar temas de dioses. También acudirá a la reunión Akihito, el actual Emperador de Japón, que aunque ya no es Dios según la mitológia japonesa es descendiente de ellos y tiene que atender al encuentro. Cuando termine el día de asamblea muchos irán al onsen de El Viaje de Chihiro a relajarse disfrutando de un baño en aguas termales.

Año 2013
El templo de Ise será reconstruido según los planos originales siguiendo la tradición que se inició cuando Yamatohime escuchó la voz de Amaterasu paseando por los parajes de Ise hace poco más de dos mil años.

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Albert Einstein, uno de los científicos que jugó a ser Dios en el Proyecto Manhattan dijo una vez:

«Quiero conocer los pensamientos de Dios; el resto son detalles» – Albert Einstein

Cuando paramos a descansar junto al río de Ise recordé el momento en el que Haku, el Dios del río en El Viaje de Chihiro, consigue acordarse de su nombre real:

Haku: Gracias Chihiro. Mi nombre real es Nigihayami Kohaku Nushi.
Chihiro: ¿Nigihayami?
Haku: Nigihayami Kohaku Nushi.
Chihiro: Qué nombre más bonito. Suena a nombre de Dios.
Haku: Yo también recuerdo cuando te caíste en mi cuando eras un niño.

Visitando lugares turísticos con Google Street View

Google se lo ha currado y ha entrado con cámaras (No sólo con coches por calles) a lugares turísticos de Japón y lo ha integrado en Google Street View. Podéis visitar algunos de estos lugares a través de esta página donde están seleccionados algunos los más interesantes. En el menú con fotos de arriba elegís el lugar en general y luego en el menú vertical de la izquierda un monumento en concreto. La navegación es igual que con Google Street View, con el ratón o las flechas del teclado para moverse y las teclas A, D, W, S para cambiar la perspectiva.

Street View
Pasear por este templo

En español también hay una versión que recopila lugares de España, Europa y todo el mundo en general.