El pianista


Era una de las películas básicas que aun no había visto. Al fin la vi el fin de semana pasado y no me ha defraudado, una gran película en todos los sentidos. Es tan realista contando la situación de Polonia en la segunda guerra mundial que muchas veces se te ponen los pelos de punta, e incluso lo pasas mal al ver como le va al protagonista. Para mi una buena película es aquella que despierta sentimientos en el espectador y lo hace reflexionar y pensar, El pianista de Roman Polanski cumple esta premisa de sobra.

Quien quiera completar esta película y está interesado por Polonia en la segunda guerra mundial le recomiendo el excelente comic Maus de Art Spiegelman’s. Este cómic también cuenta las desventuras de una família judia que vive en Polonia durante la guerra. A la venta en España en un solo tomo en tiendas especializadas.

4 respuestas a «El pianista»

  1. Los nazis la cagaban en su tierra y los americanos en las extrangeas, espero que algún día hagan una pelicula también sobre lo hijos de puta que son.

  2. sin llegar a tanto, como el comentaio anterior… si, lapeli esytá bien hecha.. más de lo mismo pero muy bien hecha, la selección musical de chopin es desgarradora, casi más que el guión literario de la peli.. pero que raro que los yahkees hagan una peli de los pobres judíos, justo en la época de la invasión a Irak no???

  3. con la pena, pero la neta yo estuve a punto de salirme de la película porque me desesperó, no es posible que lo único diferente que plasmara Polanski en un tema trilladísimo fuera la emoción musical, en verdad quería ver esta película por la dirección de Polanski pero más bien parecía de Spiellberg y miren que La lista Schindller del mismo es mejor.

  4. Vaya!!!
    He llegado a este post de Kirai porque un spammer ha metido un anuncio. ¡¡Qué cosas!!

    Lo que hace que El Pianista transmita tanto sentimiento es que está basada en la experiencia del personaje principal, el pianista.

    Antes de ver la película leí el libro y, sencillamente, se viven las sensaciones.

    Y es que la realidad siempre supera, con mucho, a la ficción.

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