40 Lecciones de Vida desde Japón

Ha llegado el momento del año en el que comparto con vosotros un libro que empecé a escribir cuando cumplí los treinta. Acabo de terminar de escribir la lección de vida número cuarenta, la cual he titulado «Sigue al conejo blanco», y el PDF ha llegado a las 96 páginas. Os lo podéis bajar entero para leer cómodamente en vuestro dispositivo de lectura de documentos digitales favoritos aquí:

Si ya habéis leído las 39 lecciones que compartí el año pasado os dejo aquí la 40 directamente sin necesidad de bajaros el libro entero:

40. SIGUE EL CONEJO BLANCO

Al cumplir los cuarenta años aquí en Tokio he reflexionado sobre cuáles han sido las constantes que me han llevado a donde estoy ahora. ¿Qué valores fundamentales han ido moviendo los hilos de los mayores eventos de mi vida?

Para mí, una de las constantes ha sido siempre la curiosidad.
Igual que Alicia en el país de las maravillas, tiendo a perseguir conejos blancos que me llaman la atención.

Cuando vi por primera vez un ordenador quise saber cómo funcionaba una máquina capaz de mostrar píxeles en la pantalla siguiendo las órdenes dictadas por el teclado o por un programa. Es lo que me llevó a empezar a leer libros de programación y más tarde a estudiar ingeniería informática.

Cuando jugué por primera vez con videoconsolas (la mayoría de ellas japonesas en los años 90) y anime y manga japonés, me empecé a preguntar de dónde venía toda aquella creatividad y de ahí surgió mi interés en Japón.

Cuando me conecté por primera vez a Internet a mediados de los 90, lo primero que quise saber fue cómo crear una web. Días después tenía una web online y desde entonces he seguido escribiendo y subiendo cosas a la red.

Misteriosamente, después de años siguiendo mi curiosidad en todos estos temas terminé viviendo en Japón, el país de los videojuegos y manga, y trabajando en empresas de tecnología en las que mi trabajo consiste en crear servicios que se ejecutan gracias a la infraestructura de Internet.

Me pregunto ¿A dónde me llevarán los conejos blancos que comience a perseguir a partir de ahora?

Os invito a hacer el mismo ejercicio, haciéndoos las preguntas: «¿Cuáles fueron los conejos blancos que me llevaron a la situación en la que me encuentro ahora?», «¿Qué nuevos conejos estoy empezando a seguir y a dónde me llevarán?».

Yo confío en que mi curiosidad es sabia y me llevará por buen camino. Quizás a veces me haga seguir conejos que darán rodeos por lugares desconocidos, pero me gusta pensar que la aventura valdrá la pena y al final todo saldrá bien.