Calles sin nombre

Imaginad que estáis paseando por Valencia y una chica japonesa que anda con cara de perdida se os acerca y os pregunta: “¿Estoy intentando llegar a El Palau de les Arts Reina Sofía pero ando medio perdida, me podrías indicar cómo se llama esta manzana? Algo confundido le contestas indicándole que está en la Avenida de Aragón. A lo que la chica responde: “No, no quiero saber el nombre de la calle, quiero saber el nombre de esta manzana”. En ese momento, empiezas a desesperarte y a pensar qué narices le está pasando por la cabeza a la japonesa perdida. Por un momento piensas en responderle: “¡En qué mundo vives, las manzanas no tienen nombre!”.

Ahora imagina que al cabo de unos meses estás paseando por Tokio y que andas perdido intentando buscar un templo sintoísta cerca de Akihabara. Te acercas a un japonés y le preguntas: “¿Cómo se llama esta calle?”. El japonés te mira desconcertado y te dice: “Las calles no tienen nombre, pero ahí en la esquina tienes indicado el número de esta manzana”. En ese momento sientes el shock cultural, te acuerdas de la pobre japonesa que andaba perdida por Valencia y entiendes lo que debió sentir, ahora eres tú el alienígena.

En Japón, las calles son simplemente el espacio vacío entre cada manzana, no tienen identidad alguna. Lo que sí que se pueden identificar son las manzanas con un sistema de tres números: el primero indica el distrito, el segundo la manzana, y el tercero el edificio o casa dentro de la manzana. Es una forma totalmente diferente al resto del mundo de estructurar las ciudades pero es perfectamente válida, es cuestión de cambiar el chip.

¿Qué es más fácil de utilizar, nuestro sistema o el japonés? Para los humanos depende de a lo que estés acostumbrado pero para las máquinas, para los ordenadores es mejor utilizar la notación japonesa. El no tener nombres de calles hace que las direcciones sean mucho más cortas, por ejemplo, la dirección de un restaurante podría ser “Sushi Tanaka, Tokio, Yoyogi 4-3-1”. Estando dentro de Tokio podría abreviarse aún más hasta “Yoyogi 4-3-1 (Si hacéis click veréis que google maps acierta la posición exacta(” y sigue conteniendo la información necesaria para encontrar la localización exacta del restaurante. Utilizar estas direcciones en un teléfono móvil o en el sistema de navegación de un coche es mucho más fácil que si hay que introducir el nombre completo de una calle.

En la dirección «Yoyogi, 4-3-1», lo primero es el nombre del barrio, el primero número es el chome (丁目), el segundo número es la manzana ban (番) y el último número es el número de edificio dentro de la manzana go (号). Según la ciudad y la región el sistema varía algo pero el concepto fundamental de no usar nombres de calles se mantiene (Sólo algunas avenidas y autopistas importantes tienen nombre). La organización de los mapas sigue una perspectiva top down, primero se nombra el área más general y luego se va detallando: el chome (丁目) es la unidad en la que se dividen los barrios, luego cada chome se divide en varios ban y finalmente cada ban se divide en edificios que también van numerados. En esta captura de google maps se puede ver el nombre del barrio, el chome y los ban, pero no vienen especificados los go. Si os interesa adentraros más en el tema en la wikipedia está mucho más detallado y explican hasta las diferencias en cada ciudad.

Mapa

Esta facilidad a la hora de escribir direcciones y la facilidad de ser usadas por ordenadores ayudó mucho a que el número de lugares geolocalizados por usuarios en Internet fuera enorme incluso antes de que los teléfonos móviles fueran equipados con GPS. Si a este fenómeno le añadimos la llegada de los móviles con GPS en el 2003, la información geolocalizada en Japón no para de crecer exponencialmente en los últimos años. Hoy en día Japón es el país del mundo con más información geolocalizada del mundo, el segundo es Corea del Sur pero no llega a tener ni la mitad que Japón.

El tener mucha información geolocalizada disponible en la red ayuda a crear nuevos servicios más fácilmente que si se tiene que introducir la información a mano. Por ejemplo, una de las startups más novedosas en Tokio, ha creado una de las primeras aplicaciones comerciales que utiliza realidad aumentada llamada Sekai Camera. Cuanta más información geolocalizada haya en la zona que vives desde el momento en el que empiezas a utilizar Sekai Camera más útil es la aplicación. Desde principios de este año, un servicio estadounidense que basa su negocio en la geolocalización llamado Foursquare, está teniendo más éxito en Tokio que en ninguna otra ciudad estadounidense ya que su utilidad se multiplica cuanto más usuarios hayan geolocalizado información anteriormente.

Gracias en parte a la facilidad con la que se puede escribir una dirección japonesa y sobre todo gracias a la gran cantidad de dispositivos móviles con GPS en manos de japoneses han hecho que la expansión de aplicaciones y negocios basados en la geolocalización empiece en Japón algo antes que en otros lugares; pero con nombres de calles o sin ellos, durante los próximos años la explosión de aplicaciones basadas en información geolocalizada va a ser imparable en todo el mundo.

Hacía mucho tiempo que quería hablar sobre esto pero siempre lo procrastinaba. Pero por fin, gracias a esta charla de Derek Shivers me animé a escribir. De hecho, al principio del post cuento exactamente lo mismo que Derek en esta charla.


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