¿Por qué corremos en el sentido contrario a las agujas del reloj?

Últimamente me estoy aficionando a correr alrededor del Palacio del Emperador y por el parque de Yoyogi. Una de las primeras cosas que me llamó la atención es que TODO el mundo corre en el sentido contrario a las agujas del reloj, algo bastante misterioso teniendo en cuenta que es gente aficionada corriendo por en medio de la ciudad sin ningún tipo de norma que te diga en que sentido correr. ¿Quizás sea simplemente por imitación del convenio de las carreras de atletismo y de casi cualquier tipo de carreras en las que siempre se va al revés que las agujas del reloj o hay alguna razón más profunda? Después de preguntar y buscar mucho por la red donde realmente parece que no hay mucho consenso las mejores respuestas la he encontrado en los estudios de un profesor de construcción de la universidad de Waseda aquí en Tokyo.

El profesor Watanabe Hitoshi dedicó varios años de su vida a investigar cual es el mejor diseño para escaleras y salidas de emergencia. Llegó un momento en el que se tuvo que plantear si es mejor diseñar una escalera que se tenga que bajar en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario a las agujas del reloj. Ya se habían hecho experimentos antes y se sabía que hay tendencia a girar en el sentido contrario a las agujas del reloj, por ejemplo, si te tapas los ojos e intentas caminar recto casi siempre terminas desviándote hacia la izquierda. Pero el señor Watanabe quiso indagar más:

  • 1.- La mayoría de los seres humanos son diestros.
  • 2.- Incluso los que son zurdos, la mayoría de ellos son diestros en cuanto a piernas.
  • 3.- La mayoría de seres humanos tienen la pierna derecha un pelín más larga que la izquierda.

Estos tres factores hacen que impulsemos con más fuerza los pasos que damos con la pierna derecha que con la izquierda y por lo tanto tendemos a ir girando hacia la izquierda y a poder correr más rápido y más cómodos en el sentido contrario a las agujas del reloj. Más conclusiones a las que llegó Watanabe:

  • 4.- Los humanos caminan instintivamente colocando su parte izquierda del cuerpo lo más protegida posible (Poniendo el lazo izquierdo cerca de una pared por ejemplo) porque el corazón está en el centro-izquierda del torso.
  • 5.- Es parte de la naturaleza humana desviarse hacia la izquierda y correr en sentido contrario a las agujas del reloj, es prácticamente un instinto.

El señor Watanabe llevó a cabo muchos experimentos y también observaciones para llegar a estas conclusiones. Por ejemplo, descubrió que en lugares públicos donde se mueven multitudes, aunque parezca que la gente se mueve de forma aleatoria, cerca del 75% va siguiendo caminos con sentido contrario a las agujas del reloj ¡Esto es interesante si queréis colocar una tienda-restaurante-negocio en un buen sitio! También descubrió en un experimento que cuando alguien es perseguido para escaparse tiene a tomar giros hacia la izquierda (70% de las veces) de forma inconsciente.

¿Cuando corréis lo hacéis en el sentido de las agujas del reloj o al revés? ¿Las escaleras de emergencia de vuestro edificio giran al revés que las agujas del reloj?

Fuentes:

Máquina expendedora de hamburguesas

Está en una hamburguesería en Tokyo que decidió llamar la atención poniendo una máquina expendedora en la calle. Metes las monedas y la hamburguesa sale al instante. El problema parece ser que sólo hay una hamburguesa, si quieres una segunda hamburguesa tienes que esperar a que el cocinero desde dentro del restaurante reponga la máquina expendedora con otra hamburguesa fresca o entrar dentro del restaurante a pedir. Si queréis probar la máquina esta aquí

Vía Japanprobe.

Anotaciones relacionadas:

Dos minutos en el tren

Tren
Las dos chicas de la izquierda charlan, el hombre extranjero del centro habla por teléfono (¡No lo hagáis! Es de mala educación), la chica en la siguiente posición piensa, y la chica del fondo juega con una DS

Tren
La chica del bolso amarillo envía un email con el móvil, las otras dos chicas siguen charlando.

Tren
La chica del bolso amarillo se revisa el pelo con un espejo de mano, la chica de la izquierda navega por Internet con el móvil.

Tren
La chica del bolso amarillo sigue revisándose el pelo y las otras dos chicas siguen charrando.

Tren
La chica de amarillo deja de arreglarse el pelo y se come un onigiri (bola de arroz).

Tren
La chica que no hacía nada en la primera foto cae dormida.

La torre de cápsulas Nakagin

Al terminar la segunda guerra mundial el 98% de los edificios y casas de Tokio habían sido destruidos. Durante la reconstrucción del país varios arquitectos pensaron que el futuro de la arquitectura debería ser lo más “modular” posible, formaban parte del movimiento metabólico. Estos arquitectos, preocupados ante un futuro de sociedades pensaron que se viviría mejor si las estructuras arquitectónicas fueran flexibles y extensibles, si pudieran crecer como si fuera un organismo vivo a partir de módulos. Uno de los arquitectos metabolistas más importantes de la post-guerra fue Kisho Kurokawa. Él concibió el primer edificio modular: la torre de cápsulas Nakagin situada en Shinbashi, Tokio.

El edificio está constituido por dos grandes columnas que forman el núcleo. A este núcleo se le añadieron 140 cápsulas prefabricadas, cada una de ellas unida a una de las dos columnas con cuatro grandes tornillos. Las cápsulas pueden ser reemplazadas por otras nuevas con el paso del tiempo. Las cápsulas son construidas en una fábrica. Las cápsulas actuales tienen una televisión, un cuarto de baño, una mini cocina, una cama, dos armarios empotrados e incluso una calculadora.


Uno de los primeros diseños de las cápsulas que están instaladas en la actualidad.

Después de casi 40 años la torre Nakagin sigue en pie pero parece que el sistema de reemplazo de cápsulas no es tan sencillo como se pensó en un principio y el edificio se está haciendo viejo. Los habitantes de la torre han decidido demolerla para construir una torre de oficinas tradicional, algo a lo que la comunidad de arquitectos internacional se ha opuesto. Muchos de ellos lo consideran como un exponente de valor histórico de lo que podrían haber sido nuestras ciudades de hoy en día pero que nunca lo fue. Es un recordatorio de los caminos que no se tomaron, de que hubo posibilidades para diseñar mundos diferentes al que vivimos hoy en día.


Foto de Tomio Ohashi.


Foto de Tomio Ohashi.


Foto de Tomio Ohashi.


Foto de Tomio Ohashi.


Vídeo que muestra el interior de las cápsulas con explicaciones del arquitecto Kisho Kurokawa.