Jardines Kairakuen en Mito – 偕楽園

Nihon Sanmeien 日本三名園 son los «tres grandes y más famosos jardines de Japón». Hasta ahora solo había visitado el Koraku-en en Okayama y el Kenrokuen en Kanazawa, me faltaba visitar el Kairakuen para completar la trilogía.

Nariaki Tokugawa (1800 – 1860) fue el noveno daimyo de la región de Mito, situada al noreste de Edo (Actual Tokio). Durante su vida mandó construir dos grandes complejos: el Kōdōkan, un centro de estudios de literatura y artes militares (dedicado a educar futuros soldados), y los jardines Kairakuen en honor a la belleza de la naturaleza.

Nariaki Tokugawa era un amante de Confucio y le gustaba aplicar sus enseñanzas siempre que podía. Al principio de sus notas para mandar la construcción tanto del Kodokan como el Kairakuen, Nariaki Tokugawa escribió «es importante tanto la tensión como la relajación» usando las mismas palabras que se encuentran en el Libro de los Ritos de Confucio. Según Confucio además de vivir de forma intensa también debemos relajarnos para llevar una buena vida. Para Nariaki Tokugawa, la construcción del Kōdōkan representaba la tensión, mientras que los jardines Kairakuen fueron dedicados a la relajación.

En uno de los puntos más altos de los jardines construyó un casa de tres plantas llamada Kobuntei que Nariake Tokugawa utilizó para pasar días de descanso y también para montar fiestas con sus amigos. Esta casa está abierta al público y es uno de los lugares con mejores vistas del parque:

Además de las vistas, también se pueden visitar todas las habitaciones de la casa. En la tercera planta se encuentra una sala de fiestas desde la cual en días claros se puede ver el Monte Fuji. Esta era la sala favorita de Nariaki Tokugawa y en ella colgó un pergamino con uno de sus pasajes de Confucio favoritos:

Las personas sabias disfrutan el agua,
Las personas con virtud disfrutan las montañas,
Las personas sabias se mueven,
Las personas con virtud se quedan quietas,
Las personas sabias se quieren a si mismas,
Las personas con virtud celebran la vida de todos los demás.

Esta última foto está tomada en la zona de los ciruelos que parece ser preciosa cuando florecen a mediados de febrero y es el momento en el que más personas visitan estos jardines. Nosotros seguimos nuestro paseo visitando el santuario adjunto Tokiwa Jinja y luego atravesamos un pequeño bosque de bambú hasta llegar a una misteriosa fuente de la que surge agua a través de una gran roca blanca.

Para terminar el día cruzamos al otro lado del río donde los jardines se alargan rodeando un lago que se adentra hasta el centro de la ciudad de Mito. Vimos una zona plantada con amapolas, saludamos a un par de cisnes y también a un perro shiba que según su dueño acababa de cumplir 11 años.

El parque de Hitsujiyama en Chichibu

Chichibu es uno de esos lugares que marcan el final de la llanura de Kanto (Área metropolitana de Tokio) que son ideales para hacer una escapada de la ciudad y disfrutar de la naturaleza. El parque de Hitsujiyama está a unos 20 minutos caminando desde la estación de Seibu-Chichibu (Línea Seibu desde Ikebukuro).

No tiene nada especial excepto en la época de florecimiento de las shibazakura, momento en el que miles de turistas y domingueros lo invaden. Nosotros llegamos unos días tarde cuando ya no había tanta gente pero todavía quedaba una parte florecida que cubría la superficie del parque como si fuera una manta colorida.

Estas son mis primeras fotos con el iPhone X, con algunas probé a usar el modo retrato para añadir «bokeh» al fondo montañoso.


Después de pasar la mañana en la zona con flores y comernos un bento seguimos explorando sin seguir un rumbo definido. Durante el paseo nos cruzamos con un par de santuarios sintoístas, un embalse misterioso, un molino de agua y varias tumbas de familias eminentes.



Este edificio de madera junto al bosque son unos cuartos de baño públicos.


El descanso de media tarde lo hicimos en una cafetería que parecía haber salido de una película de los años 70. Nos sirvieron café recién tostado y molido a la luz de lámparas Wg 24 Wagenfeld.

Para terminar, ya de camino a la estación para volver a Tokio nos encontramos por casualidad un museo en el que mostraban como antiguamente Chichibu era un lugar de gran producción de kimonos de seda. Estuvimos viendo kimonos ya listos para vestir, las máquinas de hilar la seda y también nos explicaron el método tradicional para tintar la tela de los kimonos utilizando únicamente tintes naturales. (Detalles del museo:Chichibu Meisen).


Botes con los tintes para los kimonos en una de las ventanas del museo.

Un paseo por Kappabashi

Kappabashi 合羽橋 es una calle que está entre Ueno y Asakusa en la que se acumulan una gran cantidad de tiendas de utensilios para cocina. Es una zona muy curiosa llena de tiendas extremadamente especializadas. Hay varias que solo venden cuchillos, otras solo de palillos y una que se especializan en escobas y cepillos. Si queréis comprar un buen cuchillo japonés es el lugar ideal para ir. Si simplemente quieres callejear y cotillear en las tiendas está bien para iniciar un paseo y terminar en Asakusa o Ueno.

La mascota oficial de la zona es el Kappa del cual se ven monigotes en las entradas de las tiendas ¿Podéis encontrar los kappa en las fotos?


Esta última foto está tomada ya de camino a la estación de Asakusa mirando hacia el Tokyo Sky Tree.

Localización de Kappabashi en Google Maps.

Shirakawa-go

Shirakawa-gō es el último lugar superturístico de Japón que todavía no había visitado. La razón principal por la que no había pasado por esta aldea idílica es porque está en un lugar bastante apartado en el norte de la prefectura de Gifu.

Nosotros decidimos ir con un coche alquilado desde Takayama (A donde se puede llegar fácilmente en tren desde Nagoya). Conducir desde Takayama hasta Shirakawa-go es simple, casi todo es una autopista con poco tráfico y muchos túneles, pasamos por uno de 11 km de longitud.

Pasear por las calles de Shirakawa-gō es tan bello como se ve en las fotos. Cuando llegamos, a las ocho de la mañana, éramos casi los primeros en llegar y pudimos caminar por las calles del pueblo prácticamente en solitario dando la sensación de que estábamos explorando el Japón del pasado.

A partir de las diez, las hordas de turistas invadieron cada rincón del pueblo… si queréis tranquilidad, cuanto antes lleguéis mejor, o quizás a por la tarde-noche cuando ya se va la gente.

Las casas de Shirakawa-go se siguen construyendo y manteniendo siguiendo la técnica gasshō-zukuri 合掌造り. Es una forma de construir casas de madera que es ideal para lidiar con las inclemencias del clima de este lugar en invierno.

No explicando el Ryoanji – 龍安寺

Durante los últimos 13 años he visitado el jardín seco de Ryoanji (龍安寺) varias veces. Lo que más me gusta cada vez que me siento frente a la grava de este maravilloso karesansui 枯山水 (Jardín seco) es que lo veo todo diferente. Es como cuando ves la misma película o lees la misma novela en diferentes momentos de tu vida y cada vez notas y sientes nuevos aspectos.

La primera vez que visité el Ryoanji apenas tenía veinte y poco años y después de años estudiando en la universidad estaba totalmente absorbido en una forma de pensar totalmente dirigida a resolver problemas . En aquel momento, mi racionalismo radical me hizo querer buscar explicaciones a la belleza de este lugar de forma científica. En mi mente corrían este tipo de preguntas: ¿Porqué este lugar es tan famoso si simplemente son unas rocas sobre arena? ¡Tiene que haber una explicación!

Incluso escribí un post largo sobre como se puede dividir la geometría del jardín analizando el espacio vacío en el que flotan las rocas. Aprendí que lo importante no son las rocas sino el espacio entre ellas.

Pero con el tiempo también he aprendido que intentar explicar la belleza de forma científica es igual de fútil que intentar demostrar la teoría de la gravitación escribiendo una novela.

Esta vez visité el lugar con otros ojos y un nuevo corazón. Simplemente me senté y disfruté del paisaje sin intentar explicar nada.

Ahora, con 36 años, me doy cuenta de que el arte nunca llega a ser completo sin incluir el sujeto que lo está observando. Es mi consciencia, a través del acto de observar el jardín seco, la que hace que el lugar emerja como algo bello y único.

No es suficiente con explicar el jardín para entender su belleza, también tienes que conocerte a ti mismo para que la experiencia completa.

Kusatsu Onsen

Kusatsu es un pueblecito de seis mil habitantes en las montañas de Gunma que es conocido por sus aguas termales. La palabra en Japonés para aguas termales de origen volcánico es Onsen 温泉.

Kusatsu Onsen, está considerado como una de las tres áreas de aguas termales más importantes de Japón junto con Gero Onsen y Arima Onsen.

La leyenda dice que "Las aguas de Kusatsu curan todas las enfermedades excepto las del amor".

La historia de Kusatsu Onsen se remonta a antes de la Era Edo, en la que ya era conocido como un lugar en el que las aguas tenían propiedades curativas. En una carta que Toyotomi Hideyoshi envió a Tokugawa Ieyasu a finales del siglo XVI le recomendaba ir a visitar Kusatsu y bañarse en sus aguas. Tokugawa no pudo ir en persona a Kusatsu pero mandó a sirvientes para que viajaran hasta Kusatsu y transportaran aquel agua que se consideraba milagrosa hasta su castillo.

Con el crecimiento de enfermedades venéreas como la gonorrea y la sífilis poco a poco Kusatsu se fue haciendo popular en Japón. En aquella época una de las únicas formas de luchar con este tipo de enfermedades (Aunque simplemente fuera atenuar el dolor) era bañarse en aguas volcánicas.

Dentro de las categorías de onsen, las aguas de Kusatsu están consideradas como muy acídicas, de ahí la creencia de que es bueno para matar todo tipo de microbios. Dicen que si tiras una moneda de un yen en las aguas de Kusatsu al cabo de una semana desaparece al haber sido totalmente corroída. Si os bañáis en las aguas de Kusatsu no entréis con ningún tipo de anillo, pulsera, colgante…

En toda la zona de Kusatsu, emergen a la superficie 32.000 litros de agua por minuto (Siguiendo esta métrica es el lugar más activo de todo Japón). Surge agua de bajo tierra en más de 100 puntos del pueblo.

Los manantiales de agua de agua caliente son aprovechados y explotados en hoteles, onsens públicos y ryokanes. El 90% de la economía del pueblo gira entorno a la explotación de sus aguas.

Yubatake

Encontrar el centro del pueblo es muy sencillo. Simplemente tienes que seguir el olor pestilente. Cuanto más apesta más cerca estás de la plaza central de Kusatsu donde se encuentra el Yubatake.

El Yubatake es el manantial principal del pueblo, de él surgen 4000 mil litros de agua por minuto. El agua que sale es dirigida a una especie de tuberías de madera que la dejan caer en una especie de cascada al otro lado de la plaza. En las tuberías se acumula un tipo de sal que se llama yunohana (La flor del agua caliente).

El baile del Yumomi

En la mayoría de fuentes de Kusatsu el agua al salir está demasiado caliente como para bañarse en ella. Es necesario enfriarla. Uno de los métodos utilizado para bajar la temperatura del agua es menear el agua con tablas de madera utilizando una técnica llamada yumomi.

La técnica del yumomi evolucionó a ritual. Hoy en día se pueden asistir a bailes en los que el público puede ver como se enfría el agua con las famosas tablas.

Sai no kawara

La figura del Jizo comenzó a ser popular en la era Heian (784-1192) cuando la popularidad del Amida Buddha Nyorai hizo que se intensificara el miedo de los habitantes de Japón a caer en el infierno eternamente después de la muerte. Los Jizo prometían liberar a niños y personas atrapadas en el infierno.

Uno de los responsables de que se extendiera este miedo fue un monje que escribió un libro titulado Lo esencial para la salvación . El libro describía el infierno y el ciclo del samsara.

El libro también cuenta la historia de los niños de Sai no kawara. Según la leyenda, los niños que morían prematuramente eran enviados al inframundo como castigo por causar dolor y pena en sus padres.

Sai no Kawara es el nombre del lecho del río que servía de purgatorio para los niños que habían sido condenados. Los niños lo único que podían hacer era acumular cantos rodados del río apilándolos uno sobre otro con la esperanza de que luego podrían escalar la montaña de piedras hasta llegar al paraíso.

De vez en cuando demonios del infierno equipados con garrotes se paseaban por el lecho del río Sai no Kawara destruyendo las torres de piedras y espantando a los niños atrapados en el limbo.

Jizo era el bueno y aparecía en el río ayudando a los niños a escapar del terror de los demonios escondiéndolos en las mangas de su ropa. Hoy en día las estatuas de Jizo son uno de los símbolos Budistas que más se ven en Japón.

En Kusatsu podéis visitar la versión simbólica del inframundo Sai no kawara. De hecho, esta zona de Kusatsu se llama igual que la leyenda de los niños, "El parque de Sai no kawara" . Al final del paseo por el parque os podéis bañar en las aguas del infierno.

Estas son fotos de Sai no kawara, el onsen del infierno. ¿Podéis encontrar montones de piedras apiladas? ¿Y demonios con garrotes?

Cómo llegar

No hay trenes que lleguen a Kusatsu directamente. Nosotros fuimos en coche pero también se puede acceder con un autobús que tarda 25 minutos en llegar a Kusatsu que parte desde la estación de tren Naganohara Kusatsuguchi (長野原草津口).