Washlet con mando a distancia

Después de vivir cuatro años en el mismo sitio en el barrio de Shibuya, hace un par de semanas me he mudado. Uno de los pequeños «lujos» a los que he tenido que renunciar es al Washlet con mando a distancia que tenía en mi ex-casa.

Wahslet

Wahslet

Aunque parezca un super-lujo futurista no lo es, de hecho es un modelo de water TOTO (La marca japonesa más popular) pasado de moda y descatalogado. Mi ex-casa, donde viví durante los úlimos cuatro años fue construida a finales de los años 80, en plena burbuja japonesa, una época en la que los japoneses soñaban con un futuro lleno de váteres con mando a distancia y edificios de varios kilómetros de altura. En mi nueva casa, el váter no tiene mando a distancia, pero creo que podré vivir sin él 🙂

Zeitgeist tecnológico tokiota

Gente de la industria de Internet de Tokio se aglomera en la entrada de uno de los clubs de Jazz más sibaritas de Japón en el barrio de Azabu. A los diez minutos llega una enorme limusina, de la que descienden piernas inacabables de dos supermodelos japonesas; pero los fotógrafos y los gritos se dirigen al de en medio, Steve Chen, el cofundador de Youtube.

Así arrancaba la fiesta al más puro estilo hollywoodiense, pero en vez de ser los asistentes actores y actrices de la prensa rosa, los invitados eran geeks, frikis, otakus, apasionados de Internet, inversores de capital riesgo y hombres de negocios en general. Ni Brad ni Angelina, la estrella de la fiesta Youtube Mix, que inaugura la integración de Youtube con Google Japan, era Chen, un ingeniero.

Champagne y güisqui de diez años gratis para todos, baile pole dance de la campeona del mundo de la disciplina, concierto patrocinado por MTV y retransmitido en directo por Youtube, caviar y sushi deliciosos… Fiestas como ésta eran habituales en la vida nocturna de Tokio hace tres años. Hasta principios del 2008 se despilfarraba en apariencias. Eran tiempos relativamente buenos después de la depresión de la industria tecnológica japonesa a comienzos de siglo.

Desde hace un par de años el ambiente es muy diferente. Ya no se ven fiestas; no hay éxitos que celebrar. Los geeks, inversores e ingenieros en general ya no se juntan para charlar, tomar unas copas y lamerse el ego mutuamente. En las reuniones actuales ni el agua corre gratis; los asistentes no van a relajarse, sino con algún propósito en mente. Ingenieros que trabajaban en finanzas y que han perdido el trabajo pululan por el networking tecnológico en busca de otra oportunidad; ex desarrolladores de Sony, Panasonic o Sun Microsystems también están hambrientos por encontrar algo que hacer en el mercado. Los inversores escuchan y buscan nuevas ideas, pero sus ganas de arriesgar son inversamente proporcionales a sus ansias por encontrar la startup perfecta, ¿el siguiente YouTube?

Técnicos altamente cualificados buscan trabajo en Tokio mientras las empresas recortan gastos. Muchos extranjeros que han perdido su trabajo en Lehman Brothers y otras consultoras financieras regresan a sus países de origen o esperan capear el temporal. La crisis está forzando a este personal cualificado a montarse su propio negocio, y así están apareciendo pequeñas startups de dos o tres empleados.

Los ingenieros se juntan en pequeñas reuniones de desarrolladores, se ayudan para recortar gastos, buscan formas de colaborar, de salir hacia delante sin tener que recurrir a capital riesgo, se generan nuevos modelos de negocio que dan rentabilidad desde el principio. Dentro de este tumulto de nuevas startups muchas de ellas se centran en desarrollar aplicaciones para el iPhone y el iPad. Ya son quince las startups dedicadas únicamente a la venta de aplicaciones para estos dispositivos de Apple. APPLIYA es una de ellas, se dedican a comprar licencias de grandes productoras de anime y manga japonés y a partir de ellas crean videojuegos y aplicaciones. Sus aplicaciones más exitosas para el iPhone son juegos basados en Evangelion. Otra de las startups del momento más interesantes del momento en Japón se llama Tochindot, con su Sekai Camera, que te da información sobre edificios, carreteras, restaurantes etc, simplemente apuntando la cámara del iPhone hacia esos lugares como si fueras a sacarles una foto. Tochindot nos acerca a un geotaggeado, visto a través una cámara.

Si alguien dijo que el ingenio depende del dinero, se equivocó. Las crisis económicas van por un camino diferente a las crisis creativas, sean éstas artísticas o tecnológicas, y éstas están aflorando, no sé si como nunca, pero sí, al menos, como siempre.

Película de Akira con actores reales

El proyecto de hacer Akira con actores reales parece que está avanzando. El director de la película será Albert Hughes (Una de sus últimas películas es «El libro de Eli») y el guionista Albert Torres. La película abarcará los primeros tres tomos del manga y si tiene éxito dicen que habrá secuela siguiendo el guión del resto del manga. La verdad es que no tengo muchas expectativas, pero por lo menos esperemos que sea mejor que la versión hollywood de Dragon Ball…

Akira

Akira

Akira

Akira
Leonardo DiCaprio es uno de los actores candidados, aunque todavía no es seguro que participe.

Anotaciones relacionadas con Akira

Búho mutante

Ignacio me envió este video de un búho que es capaz de cambiar de forma según el enemigo que se le acerque. Si se le acerca un enemigo de menor tamaño se pone amenazante pero si se le acerca un búho de mucho más tamaño entonces intenta ocultarse adoptando forma de «rama» (si se ve desde lejos).

Si no entendéis japonés podéis empezar a ver el vídeo a partir del primer minuto.

Tokio vuelve a ser la ciudad más cara del mundo

Durante los últimos años las ciudades japonesas dejaron de ser las más caras del mundo «gracias» a la debilidad del yen. Pero las fluctuaciones de las divisas mundiales durante los últimos años han fortalecido mucho al yen llevando a Tokio, Nagoya, Yokohama y Kobe a ser las ciudades 1 (primera), 4 (cuarta), 5 (quinta) y 7 (séptima) más caras del mundo.

Esto son malas noticias para los que querráis venir de viaje a Japón durante los próximos meses pero para los que vivimos aquí (y cobramos en yenes) no supone ningún problema. De hecho, los precios en Japón siguen bajando o congelados, por lo que para los que estamos aquí cada vez nos parece todo más barato.

Hace unos años un menú del día en un restaurante bueno Tokio costaba unos 1.000 yenes, hoy sigue costando unos 1.000 yenes, no ha cambiado nada para los que estamos aquí, pero:

– 1.000 yenes (162 yenes = 1 euro) eran sólo 6,17 euros por una buena comilona.

– 1.000 yenes (110 yenes = 1 euro) son ahora ¡9 euros por exactamente la misma comida!

Fuente: Yahoo Finance.