Al terminar la segunda guerra mundial el 98% de los edificios y casas de Tokio habían sido destruidos. Durante la reconstrucción del país varios arquitectos pensaron que el futuro de la arquitectura debería ser lo más “modular” posible, formaban parte del movimiento metabólico. Estos arquitectos, preocupados ante un futuro de sociedades pensaron que se viviría mejor si las estructuras arquitectónicas fueran flexibles y extensibles, si pudieran crecer como si fuera un organismo vivo a partir de módulos. Uno de los arquitectos metabolistas más importantes de la post-guerra fue Kisho Kurokawa. Él concibió el primer edificio modular: la torre de cápsulas Nakagin situada en Shinbashi, Tokio.
El edificio está constituido por dos grandes columnas que forman el núcleo. A este núcleo se le añadieron 140 cápsulas prefabricadas, cada una de ellas unida a una de las dos columnas con cuatro grandes tornillos. Las cápsulas pueden ser reemplazadas por otras nuevas con el paso del tiempo. Las cápsulas son construidas en una fábrica. Las cápsulas actuales tienen una televisión, un cuarto de baño, una mini cocina, una cama, dos armarios empotrados e incluso una calculadora.

Uno de los primeros diseños de las cápsulas que están instaladas en la actualidad.
Después de casi 40 años la torre Nakagin sigue en pie pero parece que el sistema de reemplazo de cápsulas no es tan sencillo como se pensó en un principio y el edificio se está haciendo viejo. Los habitantes de la torre han decidido demolerla para construir una torre de oficinas tradicional, algo a lo que la comunidad de arquitectos internacional se ha opuesto. Muchos de ellos lo consideran como un exponente de valor histórico de lo que podrían haber sido nuestras ciudades de hoy en día pero que nunca lo fue. Es un recordatorio de los caminos que no se tomaron, de que hubo posibilidades para diseñar mundos diferentes al que vivimos hoy en día.

Foto de Tomio Ohashi.

Foto de Tomio Ohashi.

Foto de Tomio Ohashi.

Foto de Tomio Ohashi.
Vídeo que muestra el interior de las cápsulas con explicaciones del arquitecto Kisho Kurokawa.






