UP300

Desde la semana pasada he visto en varios lugares anuncios como estos. Muy chulos pero no tenía ni idea de lo que significaban.

UP300x

UP300x

Resulta que hace unos días Nikon presentó en Harajuku un nuevo gadget que ha pillado a toda la industria por sorpresa. El UP300 son unos auriculares con reproductor MP3 con 8Gb, Windows Mobile 5.0 y un pequeño visor por el que se puede ver una pantalla equivalente a 51 pulgadas. La versión UP300x tiene 16Gb y se puede cambiar el volumen o pasar a la siguiente canción simplemente haciendo gestos con la cabeza. Este es el aspecto del gadget:

UP300x

UP300x

No es algo muy novedoso, ya hay otros aparatos similares en el mercado, pero lo que sí es novedad es el precio. En Japón, la versión básica de 8Gb va a costar más o menos lo mismo que un iPod Touch de 32Gb. Hasta ahora el precio de estos dispositivos estaba en torno a los 1.000 o 2.000 euros. Por cierto, digo «dispositivo» y «gadget» porque realmente nadie le ha puesto un BUEN nombre a este tipo de cacharros. En algunos círculos se los llama «Wearable computers», pero no me parece que esa un nombre que vaya a popularizarse mucho. Seguramente la primera empresa que haga uno bueno, barato y con un buen nombre triunfará. Por ahora, creo que Nikon se ha quedado a medias. ¿Se os ocurre algún nombre?

Cultivando bajo tierra con luz artificial

El otro día un investigador de la Universidad de Tokyo me invitó a visitar un centro de cultivo que está bajo tierra, bajo los rascacielos del área de Marunouchi al lado de la estación de Tokyo. Me estuvo explicando todas las técnicas que están probando y que parece que funcionan para emular la luz del Sol, con algunas de las técnicas se puede incluso hacer crecer plantas más rápidamente que con luz natural. La posibilidad de hacer crecer verduras rápidamente ha hecho que varias empresas estén invirtiendo y comenzando a crear sus propios centros de investigación en este área.

Aquí tenéis algunas de las fotos que saqué, en algunas de las salas la luz era cegadora, era como si salieras a la calle a las dos de la tarde un día caluroso de verano pero en realidad estás en un sótano.

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Estas dos plantas crecen con luz de leds.

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Rosales.

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Dos niños plantando arroz.

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¡La cosecha!

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Esta es una sala especial, donde se intenta hacer crecer verdura rápidamente probando diferentes tipos de luz y abonos.

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¿Encontráis la calabaza?

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Esta sala de los tomates está toda forrada con papel de aluminio para ayudar a que la luz llegue a la planta desde todos los ángulos posibles.

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Más plantas creciendo con luz de leds.

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Todas estas chicas se coordinaron para prepararme una ensalada con ingredientes de «bajo tierra».

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Esta es la pinta que tenía la ensalada antes de comérmela.

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Incluso me intentaron vender cebollas y coles producidas con luz artificial.

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Y este es el aspecto de lo que hay justo encima del vivero que os he mostrado en la fotos. Asfalto, rascacielos, pleno centro de Tokyo.

DVD

Ayer, charlando con Ale llegamos a la conclusión de que DVD es sinónimo de porno en Japón. Y la verdad es que sí, al menos en un contexto callejero. Si ves un cartel por la calle que pone simplemente «DVD», es una tienda de películas guarras seguro al 100%.

dvd
Entrada a una tienda «DVD».

Así que ya sabéis, si venís de viaje a Japón estad a atentos a los «DVD», por lo que pueda pasar 😉 ¿Encontráis el cartel de DVD en esta foto?

dvd

Chicas Asahi Beer

Una de las primeras cosas que me llamó la atención nada más llegar a Japón fue ver varios pósteres de chicas en bikini con una gran jarra de cerveza en la mano en el salón comedor de mi residencia. Resulta que lo de usar a una chica guapa para anunciar cerveza es una especie de «tradición» aquí en Japón. Asahi Beer, los inventores de robot cervecero, son los que más utilizan este recurso.

chicas asahi beer

chicas asahi beer

chicas asahi beer

chicas asahi beer

chicas asahi beer
Este es un cartel de antes de la guerra de Sapporo Beer. Para que veáis que la «tradición» viene de hace mucho tiempo.

En Japón también tenemos chicas-cerveza fuera de los pósteres, en el mundo real. Se pueden encontrar en partidos de béisbol y fútbol americano y en cualquier evento deportivo.

chicas asahi beer

chicas asahi beer

Comprando la Nikon D90

Era una mañana de un domingo cualquiera de otoño, sin ningún compromiso durante el resto del día. Cielo azul y raso, el graznido de los cuervos volando hacia el parque de Yoyogi, el motor de algún helicóptero yendo hacia los helipuertos de los rascacielos de Shinjuku, el zumbido lejano de los trenes de Odakyu entrando y saliendo de Shinjuku, ni frío ni calor. Era un día ideal para salir de casa después de más de una semana de tifón. Consulté kakaku.com para ver cual es la tienda donde venden la Nikon D90 más barata de Japón, resulta que estaba cerca de Ueno un poco lejos de mi casa, así que intenté probar suerte primero dándome un paseo hasta Shinjuku y preguntar en mis tiendas habituales.

En Shinjuku entré en dos tiendas donde es normal regatear. En la primera tienda, que es un edificio entero lleno de cámaras, les dije que había mirado en kakaku.com y salía por 200 euros menos (Era verdad). El tendero me miró con cara de sorpresa al ver que un extranjero le estaba intentando regatear y además sabía el precio más barato de kakaku.com. Aún así no dudó al responderme diciendo que como era un nuevo lanzamiento no me podía hacer ningún descuento. En la segunda tienda utilicé la misma estrategia, esta vez fueron más simpáticos pero solo me rebajaron 50 euros. Al ver como estaba el tema decidí subirme a la Yamanote, ir hasta Ueno y buscar el sitio donde venden la Nikon D90 más barata de Japón.

Después de 20 minutos caminando desde la estación, por callejones cutres entre vías de tren y el río Sumida, encontré una pequeña tienda que no tenía ni siquiera escaparate. Todo lo que se veía desde fuera eran cajas de cartón. Entré, un perro simpático salió de entre los montones de cajas, se acercó correteando y empezó a lamerme los zapatos. Al cabo de medio minuto un hombre llegó desde una sala contigua, dejé de hacerle caso al perro y le pregunté si tenía la Nikon D90. Me dijo que sí que la vendía al precio que estaba en Kakaku.com pero que ahora mismo ¡no la tenía en stock! Me dijo que podía reservarla pero que tardaría al menos 10 días. Le dije amable mente que no gracias, me despedí del perro y marché con cara de decepción caminando hacia Akihabara, la meca de los otakus-frikis-geeks de todo el mundo.

Al cabo de 20 minutos llegué a Akihabara sin saber realmente por donde empezar, en Akihabara no hay muchos sitios especializados en fotografía. Entré en Softmap y Yodobashi Camera a preguntar por curiosidad, pero aún teniendo en cuenta los puntos salía 200 euros más caro que en la tienda del perro que había visitado un rato antes. Me aburrí de vagar por Akihabara cuando de repente se me ocurrió que podría llamar a Matsumoto-san. Un colega que se las sabe todas sobre Akihabara. Me dio instrucciones para llegar a un sitio donde según él es todo baratísimo.

En un momento llegué a un antro que no parecía una tienda. Era más como una sala de control sacada de Matrix y Blade Runner, llena de cables, transistores, basura, condensares, circuitos, leds y todo trasto inútil que os podáis imaginar. Es difícil describirlo con palabras, así que os pongo un par de fotos.

cyberpunk

cyberpunk

No había nadie sentado en esa silla, pero al cabo de unos segundos apareció el tendero. En ese momento me sentí como si fuera Rick Deckard preguntando en los callejones de Los Angeles en el 2019 buscando pistas para encontrar a Roy Batty. Le pregunté por la D90, el hombre me miró con cara de póquer, sin decir nada sacó un papel que tenía escondido debajo del ordenador y escribió un número de teléfono en el papel. Me dijo que llamara a ese número. Salí a la calle, busqué un lugar tranquilo y llamé. Me contestó una voz bastante más simpática que la del hombre de la «tienda». Me dijo que en treinta minutos podían traerme una D90 desde el almacén a la «tienda» (La de las fotos). Además me dijo que me iba a salir 50 euros más barata que el precio más barato en kakaku.com, ¡maravilloso! Le dí mis datos personales y me fui a dar una vuelta.

A la media hora volví al antro de los cables y la silla al fondo. Esta vez sí que estaba el tendero sentado en la silla, comiendo ramen y viendo una película de anime en la pantalla de arriba (Ver la segunda foto). Miraba la pantalla y comía sin parar somo si le fuera la vida en ello, pero sintió mi presencia y dejó de sorber los fideos del ramen. Me pidió perdón por haberme hecho esperar, sacó la caja con la D90 de debajo de la mesa, me puso el cuño de la garantía, le pagué 84.500 yenes y misión cumplida. Volví a casa sacando fotos con mi nueva cámara y desde entonces, cada vez que he salido de casa la llevo encima y me acuerdo de mi aventura por los callejones de Tokyo en el 2008.

Epílogo: al cabo de una semana volví al antro donde había comprado la D90. El hombre seguía comiendo ramen y viendo anime, se prestó voluntario a que le hiciera un test Voight-Kampff. No lo pasó, lo tuve que retirar.